Ecos del Turkestán tán tán
El libro que llevaba tiempo buscando sobre las peculiares repúblicas de Asia Central
“Lo que es interesante es preguntarse por qué las autoridades soviéticas se tomaron la molestia de dividir Turkestán en cinco repúblicas. Seguramente se debe a la idea que tenían los comunistas sobre la pertenencia a una comunidad nacional. Pensaban que esta constituía una etapa importante hacia la revolución mundial, y usaron la nacionalidad como principio organizativo en toda la unión. Quizá en parte también se debía al temor que los musulmanes de Turkestán se unieran en torno a un nacionalismo pan-túrquico”.
La periodista noruega Erika Fatland escribió el libro que me hubiera gustado escribir a mí. El libro que lleva revoloteando unos años por entre mis sueños de aventurero. Se titula Sovietistán (apareció en 2014, pero la traducción al español llegó en 2019) y relata su viaje por las repúblicas de Asia Central que, hasta esos tumultuosos principios de los 90, formaron parte de la URSS.
A saber, Turkmenistán, Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán y Uzbekistán (puedo recitarlos de carrerilla sin que la lengua se me pegue al paladar).
Lo descubrí en Tuiter gracias a @historiador.
La red del pajarito azul me provee de libros casi más que de música. Probablemente porque en Soundcloud ya tengo mis buenas fuentes.
“Sería natural suponer que los kirguises viven en Kirguistán, que significa país de los kirguises; los uzbekos, en Uzbekistán, país de los uzbekos, etc. Pero eso no es así. Casi la mitad de los turcomanos del Asia Central viven fuera de Turkmenistán, muchos de ellos en Afganistán e Irán. Viven más tayikos en Afganistán que en Tayikistán, y en Samarcanda y Bujará, ciudades ubicadas en Uzbekistán, el tayiko es la lengua principal”.
Los que me conocen saben de mi interés por estos países. Una vez me preguntaron por qué y pensé que quizá era porque es un área geográfica en la que el capitalismo no se ha impuesto con fuerza. De hecho, con los soviéticos estas comunidades pasaron de la Edad Media a la Edad Moderna ya bien entrado el siglo XX. Pero tampoco es cierto que el capitalismo no haya arraigado en estos países. En Kazajistán, por ejemplo, las élites que se han aprovechado del gas y del petróleo viven a todo trapo. Y la capital de Turkmenistán, Asjabad, está rebozada en mármol. Son países que han pasado de la Edad Media al comunismo y de ahí a otros modelos autoritarios con petróleo. Y todo, en ese pliegue que une Europa con Asia.
En todo caso, si por algo me interesa ese área es por lo desconocido del enclave, pese a ser “el centro de Eurasia, es clave para entender las relaciones Este-Oeste y Sur-Norte del megacontinente donde se entrecruzan los mundos musulmán, túrquico, ruso-eslavo y europeo, y chino, además de los intereses norteamericanos”.
Casi nada.
“De la misma manera que Turkestán nunca fue una entidad organizada y unida antes de que los rusos llegaran en el siglo XIX, tampoco las actuales cinco repúblicas postsoviéticas habían existido como naciones delimitadas por fronteras antes de 1991. Los nuevos países siguieron las fronteras trazadas bajo el Gobierno de Stalin, en las décadas de 1920 y 1930, aunque dichas líneas no tuvieran una base histórica. Si los rusos hubieran seguido el trazado de fronteras cambiantes entre los kanatos, Uzbekistán estaría dividido en tres Estados”.
“Desde Xian, la ciudad más al este de la Ruta de la Seda, hasta Roma hay 8000 kilómetros en línea recta. Por aquel entonces el viaje duraba un año. En general, durante el trayecto, las mercancías cambiaban de mano varias veces, de manera que cuando llegaban a la rica y próspera Roma, ni siquiera el vendedor conocía con detalle el origen de sus mercancías procedentes del Lejano Oriente”.
Así que los romanos, ni nadie parecido a un europeo, supieron ni cómo fabricar la seda, ni a quién preguntarle, hasta bien entrado el siglo XIII. Por cierto, que en relación calidad-precio, el mejor papel se fabricaba en la mítica Samarcanda, actual Uzbekistán, lo que permitió que la cultura y la ciencia tuvieran más poso en Asia Central (cuando aquí en la península escribíamos sobre piedra).
El tema de los presidentes de estos países, el único con una democracia más o menos plena es Kirguistán, da para imágenes de lo más excéntricas. Aquí abajo tenéis al presidente de Tayikistán en plena boda arrancándose por peteneras.
Claro, que si hablamos de presidentes presidentes, el turcomano es el más, digamos personalista, de todos. Una especie de Putin que lo mismo te monta en pterodáctilo como te monta un bazooka en medio minuto. Pero no es infalible a caballo, aunque acostumbra a ganar sus carreras. Su ministerio de prensa tampoco. Cae del caballo en una carrera amañada y alguien consigue esconder las imágenes y subirlas a YouTube.
Por eso en Turkmenistán no hay Youtube que valga.
No sé si os acordáis pero hace diez años la hija del, por entonces, presidente de hierro uzbeko, Gulnora Karimova, la Lady Dy del Turkestán, saltó a la palestra internacional por estar arrestada en casa por orden de su propio padre. Antes de ese Falcon Crest a la uzbeka, Gulnora era empresaria de éxito y cantante de dudoso prestigio (bueno, como el de sus empresas de éxito). Lo que no le pueden quitar es lo bailao con Julio Iglesias cuando éste decidió pasarse por la semana de la moda de Taskent. Pero, ¿quién invitó al ex portero del Real Madrid a la capital uzbeka? Nunca se supo.
Y después está el tema de la espectacular geografía de toda aquella zona. En las costuras de Eurasia se combinan cordilleras montañosas con amplias planicies desérticas. En Tayikistán, por ejemplo, como en Kirguistán, tienen buenas montañas. Una de las más altas es la cima del Ismail Samani, antiguamente conocida como Pico comunismo, el más alto de lo que era la URSS con 7.495. Uno de los primeros occidentales en escalarlo fue un vecino de Calamocha: Jesús de Jaime Lorén, además de escalar, estuvo muy interesado en difundir y proteger la lengua del Alto Aragón. En realidad, le faltaron los últimos 70 metros de esos casi 7.500 metros. El mal tiempo complicó y mucho las cosas para este experimentado montañero que murió en plena escalada en agosto de 1985, con sólo 31 años. Muy conocido en los corrillos montañeros, entre otras heroicidades, porque fue pionero en superar el Aconcagua.
Fue el único fallecido en una expedición, en la que se encontraba también Jose María Molina, ex alcalde de Premià de Mar por el PSC. Se salvó de la muerte en tierras remotas, pero el propio Molina murió unos años después, en 2007, a los 59 en un accidente de avioneta en Meranges, sobrevolando la Cerdanya.
En Kirguistán lo que tienen es una pequeña colonia de alemanes menonitas, anabaptistas, vamos. Existe por ahí un documental sobe ellos que no está disponible en mi región, pero voto a brios que tiene muy buena pinta… aunque da mucho frío.
Tenéis el trailer aquí.
Lo que ya no tienen en Kazajistán y Uzbekistán es el Mar de Aral, antaño uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, que debido a unos trasvases producidos por los soviéticos se acabó secando. Kazajistán y Uzbekistán, que se reparten lo que queda del charco de Aral, están enfrentadas con Kirguistán y Tayikistán, repúblicas montañosas por donde fluyen los ríos que alimentaban este mar interior, y no se ponen de acuerdo para poner remedio al considerado mayor desastre ambiental de la historia reciente. De alguna manera, todas esas repúblicas, con la caída de la URSS, han vuelto a una especie de Edad Media remojada en petróleo y ventoseada con gas.
De todos modos este tuit nos demuestra que aún hay esperanza.
El periodista Nikita Makarenko es una de mis fuentes en tuiter sobre lo que ocurre en Uzbekistán. Aquí nos habla de la crisis energética en la misma capital de Uzbekistán, pese a que este país es una potencia en este tipo de recurso. Y eso que en diciembre pasado, Uzbekistán detuvo las exportaciones para su consumo interno.
Un català al cor de l’URSS
I ja que estem em mode extinta URSS. Aquests dies de fred m'he refugiat en alguns dels textos que va escriure Andreu Nin des del país dels soviets. Per als que no ho ubiqueu, va ser fundador del POUM i traductor al català d'Ana Karenina de Tolstoi, també es va atrevir amb Txékhov i, amb ni més ni menys que Crim i Càstig de Dostoievski.
Quan Josep Pla va visitar l’URSS es va quedar a fer couchsurfing a casa d’en Nin.
Ves per on. Un revolucionari i un periodista al servei de la burguesia fent bones migues.
De l’URSS estant de l’editorial Peu de Mosca és un compendi d’articles, la majoria d’opinió, sobre aquells temps tan terribles del pistolerisme a Barcelona i del que va ser la concreció de la revolució russa cap a unpais de boltxevics. També hi han altres curiositats con un text en el que explica els gustos literaris de la societat soviètica on destaca l’aparició del valencià Blasco Ibáñez.
Al començament es fa una mica farragós amb tanta sigla, peró amb paciència acaba derivant en un bon llibre per conèixer les particularitats del zeitgeist a Europa ara fa just 100 anys, sobretot en quant al complicats reajustaments entre l’esquerra, diguessim col.laboracionista amb el sistema democràtic, i l’esquerra més revolucionària (i el seu desigual enfrontament amb les forces capitalistes). Li llença beefs constants a l’Àngel Pestaña, destacat anarcosindicalista que quan va tornar de la seva estada a l’URSS va dir que aixó de la revolució només estava regolar.
Dissecciona perquè Catalunya, d’estructura principalment petit burgesa, es decantava més per l'anarquisme i en una dimensió internacional el que era tema del moment: les claus de l'ascens al poder de la dictadura de Mussolini.
El pòsit que queda de la seva lectura per a un esquerrà del segle XXI és que sembla mentida que les forces contràries al capitalisme en realitat tinguessin, en aquells anys de brutalitat contra els obrers, més desencontres que punts en comú.
Que la música no pare
Y ya para acabar y descomprimir de geopolítica os dejo con deberes musicales. El viernes me encontré con este hilo en tuiter en el que la editora de Mixmag Megan Townsend pregunta por aquellos mixes a los que recurre uno así pasen los años. Y además no fallan. La verdad es que he estado fisgoneando, no los he escuchado todos porque es un degoteo constante, pero hay dos chicagueros que me han llamado la atención: este de Gemini de primeros 90s y otro de Gant Garrard aka Gant Man del 94: This wicked tape is a prime example of the early Chicago ghetto/booty house sound of which Gant was a pioneer (y lo tienes aquí).