Levantarse en la Salamanca de los 90
Pedro L. Ortega nos explica cómo es que un sello australiano ha devuelto a la vida a su banda Bélver Yin
Se cumplen 30 años de la vez aquella en la que un cubano despegó los pies del suelo a una altura de 2 metros y 45 centímetros.
Aquel cubano era Javier Sotomayor y aquel suelo pertenecía a Salamanca.
Desde entonces, nadie más en este planeta ha sido capaz de saltar todos esos metros y esos centímetros.
Pero esta semana no vamos a hablar de levantar los pies del suelo. Más bien de todo lo contrario. De mantener los pies en el suelo y mirar al suelo. Por pose o timidez. Como que estás en el escenario pero no estás. Miedo escénico supongo.
A mi me contaron que para superarlo debías mirar de frente a la muchedumbre amorfa, sin reconocer ninguna casa, y así se te pasaba
Bueno, hoy vamos a hablar de shoegaze, un término en inglés para designar una corriente musical muy de esos años en los que Sotomayor se levantó 2,45 metros del suelo.
Venga que empezamos.
Shoegaze, dream pop, new age
De entre todos los mails de Bandcamp que me llegan cada día al correo electrónico, -son un montón, debería haber abierto una cuenta sólo para recibir sus novedades-, vi de casualidad uno que me llamó la atención, no sé muy bien por qué.
Venía de parte del sello australiano Efficient Space y anunciaba la nueva referencia de un proyecto salmantino que se inició en los 90 llamado Bélver Yin. La publicación venía taggeada como shoegaze.
Me puse en contacto vía mail con el sello de Melbourne y pese al desfase horario rápidamente me pasaron el mail del responsable de la banda, Pedro L. Ortega.
Sin dudarlo, le envié unas preguntas que recibí de vuelta con unas respuestas que paso a pegaros más abajo.
¿En qué contexto nace Bélver Yin?. Supongo que en Salamanca, principios de los 90. Una ciudad universitaria con muchos jóvenes ávidos de noche pero que nunca llegó a figurar en el circuito de bandas independientes. ¿O me equivoco?
Creo que Salamanca era como una ciudad cualquiera de este país, aunque no era comparable evidentemente a lo que surgió en las movidas de Madrid, Vigo o Asturias. Pero si es verdad que como en todos los sitios siempre ha habido cosas interesantes.
Lo que si había era un gran ambiente relacionado con la música. Los bares de la noche y sus pinchadiscos se preocupaban mucho por tener las últimas novedades discográficas. Muchos de estos bares fueron legendarios en esa época y se gastaban una buena cantidad de dinero en discos. Sobre todo gracias a una tienda de discos llamada Foxy, que regentaba Carlos Hernandez -un gran amigo cirujano hippie que dejó su vocación para montar una tienda de discos- y que a la postre fue una de las personas que más me ayudó y me influyó en mi camino musical. Fue en esta tienda además donde el grupo dio su primer concierto. En ella coincidían las personas que más entendían de música en ese momento de la ciudad.
A los que nos gustaba todo lo que estaba surgiendo musicalmente en el mundo, en Inglaterra especialmente, al vivir en una ciudad relativamente pequeña, implicaba que o bien te conocías porque amistad, o por referencias musicales. Fui pinchadiscos ocasionalmente y conocía a todos l@s pinchas interesantes de la ciudad, y también estaba mi hermano, claro.
La banda surge en un momento en el que los discos de shoegaze, estilo en el que supongo os reflejáis, eran difíciles de conseguir. Igual no sabíais ni qué era el shoegaze.
Es un término bastante amplio, y creo que ello implica que a veces se cataloguen a algunos grupos como tal y quizás no lo sean estrictamente, aunque no voy a ser yo quién ponga en duda esto.
Fíjate que pensaba que era un término más reciente, y curiosamente es de la época del inicio del grupo, aunque a nosotros se nos vinculó más con la new age, sobre todo con el segundo disco “Tristeza Hermoso Rostro”. Pero tengo que decir que yo me sentía más identificado con el post-rock o pop atmosférico, como todos los grupos que me gustaban. Pero si, a fin de cuentas, se nos podría encuadrar ahí, aunque la verdad es que no me gustan demasiado las etiquetas.
Tampoco era complicado conseguir los discos de cualquier estilo musical porque siempre tenías el modo de hacerlo, si tenías dinero para ello, claro. O bien lo comprabas en Salamanca en Foxy, por correo en Discoplay y sobre todo en una tienda de Barcelona llamada Pan y Música. Aunque también existía la posibilidad de pedírselo a alguien que fuera a ir a Londres, incluso fíjate, a Andorra.
Recuerdo que mi hermano en un viaje de fin de curso trajo muchos discos de allí que no estaban publicados en España. El primer viaje que hice a Londres con mi hermano, y con el dinero que nos dieron mis padres siendo unos críos, fue realmente para comprar discos y ver conciertos. Fue un viaje estupendo y vinimos con un montón de discos bajo el brazo.
Después de esto, empecé a trabajar muy joven y eso me facilitó mucho el poder seguir comprando discos para mi hermano y para mí, de una forma o de otra.
Por cierto, ¿qué quiere decir Bélver Yin?
Pues es la ópera prima del escritor zamorano Jesús Ferrero y con la que empezó su fama.
Cuando le pedí a mi hermano que me dijera nombres para mi grupo, al cabo de unos días me soltó unos cuantos, y de repente cuando dijo Bélver Yin, le dije, “para, para ¿cómo has dicho?”. Me explico lo que era, lo que representaba y me gustó.
Posteriormente pude leer la novela y también me encantó. Sabía que implicaba cierta dificultad al nombrarlo y que era una referencia que no todo el mundo pillaría pero, con el tipo de música que iba a hacer ¿a quién le importaba eso? Con el paso de los años contacté con el propio Jesús Ferrero y parece que me bendijo. Colaboraba con Radio 3 y creo que Jose Miguel López del programa Discopolis le debió de hablar de nuestra existencia, aunque fue un amigo mío escritor el que me dio su contacto y quien le habló de nosotros en una feria del libro en la ciudad.
¿Os hicieron caso en su momento los medios especializados? ¿Y los medios locales?
Pues sorprendentemente sí, es curioso. Con “Luz Bel” fuimos disco de la semana en el programa Discopolis dirigido por José Miguel López en Radio 3. Cuando escuché el nombre del grupo entre tantos grandes artistas de la lista anual de discos de la semana no me lo creía. Y es más, que alguien como él, con esa cultura musical abrumadora que tiene de cualquier estilo, te valorase de esa forma, pues tenía muchísima importancia.
José Miguel fue un gran impulso para el grupo. En la revista Rockdelux salió una escueta crítica en discos nacionales por Jordi Turtós que, sin conocernos de nada, creo que dio en el clavo. Ya posteriormente también llegué a ver una crítica escrita suya del tercer disco en un semanario nacional. En la época del segundo disco, nos comentaron que Ramón Trecet nos puso en su famoso programa de new age en Radio 3. De hecho, siempre había alguien que te comentaba que nos había escuchado en tal o cual sitio, promoción que en aquella época era algo extraordinario. También en Radio 4 de RNE en Cataluña se interesó por nosotros José Maria Carrasco -creo no equivocarme con el nombre del periodista- que llegó a hacerme una entrevista telefónica al fijo de casa de mis padres.
Gracias a un grupo de Badalona llamado Difícil Equilibrio, que tenían un rollo a King Crimson, conseguimos tocar en Badalona y Barcelona, una experiencia inigualable con gente maravillosa. Con el paso de los años lamenté no haber sido capaz de conseguir que vinieran a tocar a Salamanca. También aparecieron críticas del segundo disco escritas en Rockdelux por Nando Cruz, y en una nueva publicación nacional llamada Voice. Con el tercer disco pasó lo mismo prácticamente, y en general, creo que tuvimos suerte en este aspecto.
Pienso que no supimos aprovecharlo, por una u otra razón nos estancamos en Salamanca y no llegamos a coger al toro por los cuernos.
Respecto a la prensa local, siempre estuvo pendiente de la actividad musical de los grupos de la ciudad, y salimos cuando correspondía, bien por medio de entrevistas o con previas avisando que dábamos algún concierto.
¿En qué momento decides hacerte cargo en solitario del proyecto?
Sencillamente cuando te encuentras solo y con ganas de seguir haciendo cosas. Todo se precipitó cuando Chuchi, el último bajista del grupo, se marchó a vivir a La Coruña. Con él me unía un lazo muy especial, más que con Dani -el batería- con el que no supe mantener el contacto con el paso del tiempo. También es verdad que en ese preciso momento tuve a mi hija Candela y durante sus primeros años de su vida fue complicado trabajar en música.
Por otro lado, sentí o me pareció que se me había ido la inspiración durante esos años, pero cuando mi hija creció un poco y me puse otra vez al tema, y con el gusanillo que tenía de la promesa que le hice a mi madre, es como si algo o alguien me empujara a sacar cosas nuevas.
Hoy en día me siento muy a gusto en esta situación, y está claro que la edad influye en ello. Sé lo que quiero hacer y en mi mente todavía creo que hay cosas que mostrar. Es algo tan personal que quizás no pueda compartirlo a la hora de ponerlo en práctica con otras personas. Todo esto puede parecer un poco egocéntrico, pero a mi edad no quiero tener problemas de ningún tipo.
Los músicos por norma son, o somos, demasiado vanidosos, y siempre existe la posibilidad de choques entre nosotros, algo que a estas alturas como te digo trato de evitar a toda costa.
Reflexionando un poco sobre la pregunta, es curioso como siempre he mantenido el rescoldo encendido sin que se llegase a apagar del todo.
¿Cómo fue el contacto con el sello australiano Efficient Space la primera vez que te propusieron reeditar “Luz Bel” en 2020? ¿Te comentaron cómo llegaron a ese disco? Supongo que alucinarías.
Pues hace algunos años ya, Michael Kucyk contactó conmigo para preguntarme si tenía copias del disco que mencionas. Le dije que no y quedé en mandarle los otros dos CDs del grupo. Con el paso de los años, tras un concierto íntimo que di en Salamanca en diciembre del 2017, publiqué un extracto de dicho concierto en el Facebook del grupo y parece que Michael lo vio y le gustó. Y entonces es cuando volvió a contactar conmigo y me preguntó sobre el tema. Esto claro que ya era alucinante de por sí, que un sello australiano mostrara tal interés.
Pero el tema es que, de una manera u otra, había más gente interesada en reeditar ese disco. Desde un sello japonés, pasando por Munster Records y todavía con más interés la tienda Discos Paradiso de Barcelona. Esto sí que fue para alucinar. De repente había interés en reeditar algo que en tu mente estaba completamente olvidado. Yo ya estaba haciendo cosas nuevas y eso era lo que me importaba.
Con los que tuve más relación fue con Paradiso y la cosa se dilató bastante en el tiempo porque en ese momento, ni me parecía interesante, ni lo veía claro. Posteriormente, también llegué a hablar con Miguel y Javi Bayo, que de alguna manera colaboraban con Munster Records. Estuve charlando con ellos una tarde en Madrid en un viaje de trabajo que aproveché para quedar con ellos.
El sello japonés, por su parte, creo que no puso mucho interés cuando le dije que en España querían reeditarlo, quizás pensaron que lo haría aquí por proximidad e idioma. Finalmente, les plantee a cada uno de ellos si existía la posibilidad de que me editaran el nuevo material en un futuro no muy lejano. Todos excepto Efficient Space me dejaron entrever que solamente estaban interesados en la reedición del disco “Luz Bel” y no tanto en mi nuevo material. Es comprensible que, sin escuchar lo nuevo a cualquiera se le presenten dudas razonables de comprometerse a algo que no sabes si te gustará, aunque también es cierto que existía la posibilidad de poder escuchar los temas nuevos que estaba haciendo. Pero como te digo, nadie mostró interés excepto Michael de Efficient Space, y por eso lo hice con él y aquí tenemos el material nuevo de la cosecha que se sembró en 2020.
Esta entrevista me da la posibilidad para explicar todo esto. Por si a alguien no le quedó claro en su momento por qué tomé esta decisión.
Creo que es la mejor decisión en este ámbito que he tomado en mi vida. Con anterioridad mis decisiones nunca fueron buenas del todo. Mi primera distribuidora desapareció y la última con la que trabajé dejó de dar dar señales de vida sin causa aparente.
Mis experiencias en este terreno han sido nefastas. En cambio, el trabajo de Michael me parece de lo más profesional que he conocido hasta la fecha. Por fin, he tenido algo de suerte, aunque sea con una persona que vive a miles de kilómetros de mi casa.
Este “Para mi madre” entonces es material nuevo.
Si, todo es nuevo y es una parte de un todo en el que he estado trabajando durante los últimos años. Han quedado en el tintero cuatro temas porque el espacio en vinilo es limitado. Y he tenido que dejar en pausa muchas ideas y esbozos. Actualmente me siento bastante inspirado y tengo bastante material nuevo. Espero que en un futuro alguien siga teniendo interés en editarme mis cosas.
He pasado del provincianismo de Salamanca a encontrar mis discos en las tiendas de vinilo de todo el mundo.
Si me lo preguntas hace unos años, te hubiera dicho por humildad que ni de coña me creía lo que ha pasado. Pero interiormente pensaba que por qué no. Y parece que, efectivamente, las ilusiones se hacen realidad.
Algunos amigos me dicen que es el trabajo y la constancia de tantos años, pero siempre les digo que ha sido un poco de suerte también.