Brujas cantando en galés y cowboys al tren
Al habla con uno de uno de mis selectores musicales favoritos: el colombiano Daniel Rincón
Es muy loco como doy ahora con los Djs que me interesan. Antes iba al club a verlos pinchar. Hoy que ya salgo poquito, me los encuentro de manera random por ese torrente interminable que son las plataformas de audio como Soundcloud.
“Pueden pasar años hasta que conozco a gente de la que he estado escuchando su música en mi celular. El internet es una cosa muy vasta”, me comenta por Zoom Daniel Rincón.
Pero siendo internet tan vasto como un océano, hay veces que dos pececillos se encuentran, ni que sea de casualidad.
Tengo contacto con NAP por un mix que publicó con una gente de la que apenas puedo pronunciar el nombre: Knekelhuis. Ese mix me encantó porque me recordó a aquel rollo shoegaze de los 90 que tenía algo olvidado (no vi venir que se reivindicará entre los más jóvenes. Creo que Tik Tok tuvo la culpa).
En realidad, me recordó a ese rollo que no escuché en su época porque estaba escuchando Technotronic.
Pero lo bueno de estos tiempos que corren es que ya no hace falta haber vivido las cosas para poder recordarlas.
Me estoy refiriendo a un indie pop vaporoso, ambiental… Daniel se acuerda de cosas de Durruti Column, de Donna Regina… Cosas como la vuelta por el universo de Gustavo Cerati…
Daniel hace con sus mixes algo que me gusta mucho en los podcasts, es que une varios mundos musicales en un mix y le da sentido a lo que mezcla. Crea una película en su cabeza y te la explica. La selección es una secuencia.
Es importante en los tiempos que corren tener bien amueblada la secuencia de tus discos.
Cómo será comer en casa de los Geldof
Otro tema que me encanta de ese mix es “A pop fan’s dream (sunday lunch with the Geldofs)”. De esos temas que no te explican cómo es que no te han acompañado toda la vida. Cómo es que has tardado tanto en descubrirlo...
Es una canción que relata una historia. Me encantan estos temas que tienen una narrativa explicada en primera persona. En este caso es este chico que se ganó un concurso para ir a comer a casa de la familia de Bob Geldof. Me recuerda mucho a una canción de la Velvet Underground, “The Gift”, que es esta canción de un man que se mete dentro de un regalo y se manda por correo a la casa de su novia. Y esta lo acaba matando con las tijeras mientras trata de abrir el regalo. Una historia sin chorus, ni verso… Sólo la historia, que además es como un chiste... El tipo se siente como la persona más afortunada del mundo, pero en realidad es una situación explicada de manera muy sarcástica.
Más temas que me volaron la cabeza, el de Pop Negatif Wastad, “Kerosene”…
Si, no sé si conoces esa escena. Es welsh… galesa… De ese disco hay varias rolas muy chéveres. Fue el único disco que hicieron. A mi también me gusta mucho el corte titulado “Iawn”. Han tenido como un regresito a la atención de los diggers. Tuvieron un reissue hace unos años por un sello de Portland. Pero estaba tratando de agarrar otros nombres de esta escena galesa…
Bueno, aquí el grupo más conocido galés, que además cantaba en galés, eran los Gorky's Zygotic Mynci, de finales de los 90. En realidad se deben de acordar de ellos cuatro y uno es Perry…
Yo tengo una amiga que conocí mientras viví en Canadá. Tenía una banda de garage y después se mudó a Francia y después a Irlanda y allí conoció a unas chicas galesas que acaban de presentar un disco que, como dicen ustedes, me ha flipado: Tristwch Y Fenywod. Tienen un rollo 4AD, como Cocteau Twins pero en galés, góticas, les gusta la magia ouija… Se han creado este universo de brujas cantando en galés…
Son queer con lo que tienen una propuesta muy potente. De las cosas más interesantes que he escuchado este año.
Y la semana pasada esta Dj de Ohio Kiernan Laveaux que también es mi Dj favorita reposteó en Soundcloud un mix tuyo de cosmic country. Y yo pensando, este NAP me suena de algo. Y entonces conecté los Djs que era uno solo y eras tu.
Ese mix es parte de una serie, “Cowboys And The Sounds Of”. Cuando vivía en Vancouver hacíamos como una reunión de mixtapes. Entonces la gente traía un mix y teníamos como estaciones para copiar casetes. Entonces, pues la gente traía mixes temáticos para celebrar una especie de “Día Nacional del casete”. Refleja el sonido country de los 60 finales, de los 70, la movida hippie metiéndose como en la onda conservadora de la música. Y a los mixes les metía field recordings. El primero fue de armas. Cowboys con armas... Después hice otro con sonido de lluvia. Y este tercero al que te refieres que está ambientado con el sonido de trenes, “Cowboys And The Sound Of Trains”. Más que country son conceptos cowboy dentro de esa nostalgia de la música a la que me gusta recurrir una y otra vez.
Como insectos modulares
Oye, ¿y qué te iba a decir? ¿Cómo llevas el sello Isla? ¿En qué punto se encuentra?
Siempre está cambiando, o sea, yo empecé Isla en mi estudio en Vancouver con un duplicador de casetes high speed. Entonces como yo venía de la escena más rock and roll shoegaze, psych, y siempre me ha interesado el formato del cassette, puedes acceder a copias muy fácilmente.
Ya que empecé a meterme más en lo de rave, ir a bailar la música electrónica y a producirla, pues también me di cuenta pues que había un poco un vacío en la escena, tanto en Vancouver como canadiense en general. Y Vancouver tenía un pasado industrial y gótico, pero como que había perdido esos referentes… Para mí era como echarle tierra un poquito al arco iris. Entonces empecé a grabar, inspirado por toda la escena ochentera de los casetes y del DIY, como 15 o 20 copias, le ponía un estampado y pues las vendía a amigos. Tenía una website muy simple, como con los títulos y los tapes y si querías pedir uno, me escribías un email y yo te la mandaba. Entonces así empecé a hacer mi círculo de conexiones musicales afuera de Canadá.
Y en una de esas me mandó un mensaje Juno, que es un distribuidor de vinilos muy chido, y me pidieron un montón de cintas y me preguntaron que si quería hacer vinilo. Me propusieron tener una distribución y una producción pagada, que es lo que se llama en inglés (P&D) deal. Básicamente llega un distribuidor y te paga por tus copias. Ellos también pueden sacarle la mitad de las ganancias. Y pues eso fue una gran oportunidad para mí y fue parte de lo bueno de este negocio. Porque ya había hecho por ahí 15 cintas en menos de dos años, en un año y medio, y ya me había cansado. Tenía el estudio hecho un mierdero. Y esta propuesta de Juno simplificó la vida un poco más, porque puedes concentrarte en curar (“comisariar”) las cosas y no tener que estar ocupado en otras tareas.
Y en esa etapa, pues me metí más en lo del vinilo, como que pensar más en un disco, en un concepto, una idea, un sonido… Y más que todo, pues tratar de sacar cosas que no fuera obvias, que si vamos a sacar un disco de techno, un disco de trance y vamos a sacar un disco de música experimental el siguiente… Como que evadir la expectativa un poco. Como siempre ha sido la idea detrás de Isla…
O sea viviste, la situación ideal. Ellos pagan y tu buscas música por ahí.
Pero desafortunadamente se ha vuelto muy difícil vender discos ahora, o sea, tanto el consumo en sí de pedir discos de otras partes, más que todo desde Europa, hasta el precio del shipping… La gente ahora pues cuida su platica poco más, porque no sé, te cuesta el doble de pedir un disco de lo que te costaba hace cinco años… Y pues la gente también tiende a comprar, pues cosas que se pueden pinchar. Claro que sí hay distribuidores de música experimental y todo, pero si mi distribuidor vende techno, house y trance y música progressive, entonces yo he sacado unos discos muy raros el último año y medio y pues no han vendido como deben vender para un distribuidor... Y tuvimos que hablar, claro.
Sin faltarle el respeto a Juno porque me dieron una oportunidad increíble, pero es una compañía muy grande. Ellos cuando están vendiendo un disco tienen otros 100 discos que acaban de anunciar. Entonces, pues me gustaba la idea de que alguien le diera un poquito más de atención y que sea algo un poquito más grass roots… Pero la cosas tiene su evolución y este distribuidor que uso ahorita, One Eye Witness, explotó, o sea, se volvió grandísimo y ahora es un distribuidor muy grande también. Y pues ya tienen su sonido como trance, música progresiva y pues han confiado en mí, porque cuando empezamos a trabajar juntos, yo estaba sacando mucha de esa música, por coincidencia, o sea, un poquito de trance, un poquito de tecno…
Me interesa que, pues ,si vamos a sacar vinilo, más que todo invirtiendo en petróleo y plástico, pues que al menos se compren las copias… Entonces ahorita lo que estoy haciendo es teniendo como que un poquito más de diversión con lo que es sacar algo en una manera más inmediata con lo digital. Estoy trabajando, por ejemplo, con muchos artistas mexicanos y hemos estado sacando cositas así. De hecho, anunciamos un disco nuevo hoy (31 de julio de 2024 para el lector).
“Crespi Drum Syndicate es un proyecto de Pablo Arrangoiz (El Gusano/DJ Fitness) y Jonathan Trujillo (Jonny From Space). No sé si los conoces... Ellos son unos genios. Pablo Arrangoiz tiene como quince proyectos diferentes. Esto es un proyecto basado en los límites de la armonía. Se concentraron en la percusión, en ingeniería de dub, en la calidad del sonido prototechno de discos de librería italianos como Piero Umiliani. A veces suena como si fueran insectos modulares. Es un disco muy sacado de cabezas. Lo vamos a sacar en CD también. A mí siempre me ha encantado el formato CD. Hicimos un par de CDs en Isla en el principio. Ha ganado como un poquito de interés, de protagonismo, muchas cosas que sólo “.
“Esto de Crespi Drum Syndicate me hubiera encantado sacarlo en vinilo pero creo que no era la alternativa con la circunstancia en las que estamos. Los chicos están súper abiertos y dijeron que sí, hagamos un CD. Por lo demás estamos tratando de hacer más cosas situadas en el dubplates, 15 a 30 copias en estampado casero. De disfrutar de lo que hago”.