“¿Me haces la entrevista como psicólogo clínico? No sé si recuerdas que tengo un máster en Columbia”, me comenta mi interlocutor en una terraza del Distrito de Ciutat Vella en Barcelona. Para este número de La Semanada he decidido reproducir la charla que mantuvimos hace unos días y que puede interesar a los lectores, en estos tiempos en los que, tengo la sensación, de que las tomas de micro dosis van que vuelan.
Una conversación que hago pública para aportar mi granito de abono al «micelio humano». Igual no os habéis dado cuenta, pero esta newsletter es mi aportación a esa red que formamos todes. Animales y plantas incluídos. Puedes tomar drogas para sentirte único y especial pero sobre todo las tomas para formar parte del «micelio humano».
Esta especie de entrevista cazada al vuelo me pilla con la serie Nine Perfect Stragers, en la que Nicole Kidman hace de doctora rusa que experimenta con droguitas para tratar a sus clientes ricachones (otra serie sobre ricos, nene). Todo lo contrario que nuestro entrevistado, al que respectaremos su anonimato por cuestiones obvias (nota del autor: cuidado, achtung… las fotos son reproducciones de ChatGPT). “Yo no trabajo con hongos clínicamente. Porque no es legal y porque no me la quiero jugar. Pero es cuestión de tiempo…”.
Que se legalicen los hongos…
Que todo esto se legalice, sí, para tratar temas clínicos. Hay gente que lo está haciendo semi legalmente en Barcelona. Que yo sepa, con ketamina y con psilocibina. Hay gente que lo hace incluso con MDMA. Pero porque hay muchos vacíos legales... «Yo no te puedo vender y no puedo promover según qué drogas». Pero si yo sé que tú vienes a mi consulta colocado, puedo tratar de hacer alguna cosa.
Si vienes drogado de casa, ya es otra cosa. «Aprovechémoslo».
«Si tu consumes, yo no puedo evitarlo, pero si justo estás bajo estos efectos, igual lo podemos aprovechar». El terapeuta no entra en el juego de la venta, pero sí que se está aprovechando de un vacío legal. Es una trampa demencial. Una cosa es el tema de las setas y otra la de mi profesión que me la tomo con muchísima seriedad. Es una muestra de respeto a la profesión y hacia las personas. Es tan bestia lo que puedes llegar a hacer, que yo siempre apuesto por hacerlo bien. No hagas malabares con las «alegalidades» porque estás jugando con la salud de la gente.
Lo que quieres dejar claro es que en tu profesión, que es la de psicólogo, no estás trabajando con sustancias de ningún tipo…
Ni lo haré, hasta que a) sea legal y b) yo me forme específicamente en esto. Cosa que ya estoy haciendo de manera pasiva. Te puedo hacer una disertación, por ejemplo, sobre cómo la neuroplasticidad ayuda a los trastornos postraumáticos. Todo esto te lo puedo explicar en profundidad. Pero no lo he mamado de una universidad con reputación contrastada. Yo todo lo he aprendido por mi cuenta. Y por mi cuenta ya lo estoy experimentando conmigo mismo. Para terceros tengo una responsabilidad que no me quiero saltar. Pero cuanto más leo, más me doy cuenta de que esto se acerca a una panacea. Está rompiendo con muchas ideas preconcebidas en el mundo de la salud mental. Pero hay una serie de condicionantes. Si sale bien, sale muy bien. Pero si sale mal, que objetivamente puede salir mal, le puedes destrozar la vida al otro. De verdad se la puedes destrozar…
Es una lotería…
Bueno, si rascas en la genealogía de una persona puedes llegar a prever ciertos riesgos. Formamos parte de una cultura en la que, para bien y para mal, se fuman muchos porros. En general, la gente que ahora quiere comer setas, en el pasado fumó muchos porros. Miras los patrones de consumo y las respuestas porque, esto no se acostumbra a explicar, el THC dispara con más probabilidad la esquizofrenia que no los hongos. Llevas quince años fumando petas y no te ha pasado nada, si un día te tomas unos hongos seguramente no pasará nada. También hay que tener en cuenta que hay algunas edades críticas. Que, por cierto, no afectan igual las edades en hombres que en mujeres. A los 40 años, por lo general, empieza a bajar el riesgo.
Haberse drogado mucho te da resiliencia. Para bien y para mal.
Bueno, es que además el que se ha metido de todo sabe lo que es un estado alterado de conciencia. El miedo a perder el control… Si te has freído la cabeza 70 veces, la número 71 no será el problema. Pero pregúntame tu que me voy siempre por las ramas…
Pues mira, antes citabas la ketamina. Otra droga que lleva un tiempo en el candelero. Como droga recreativa pero también como sustancia con la que se está experimentando en psicología por lo que comentas…
En temas de depresión parece que responde bien en entornos clínicos. El problema es que estamos hablando de entornos muy controlados y con parámetros y dosis muy determinadas. Cantidades que no son, ni mucho menos, las recreativas. El key hole, que es cuando tienes el bajón ese que parece que te engulle, igual es 40 veces la dosis de la dimensión clínica, por decirte algo.
Entonces tú te estás estudiando a ti mismo… Veo que eres una persona muy activa, igual muy nerviosa… No sé si con algún problema de atención...
¿Me estás preguntando si tengo TDH? ¿Es eso lo que me estás queriendo decir? Pregunto... Para ir al grano. No me he hecho las pruebas pero yo creo que sí. Hacerse unas pruebas bien hechas son súper caras pero ya he empezado a ahorrar. Pero sí, tengo pruebas objetivas que denotan que lo sufro de toda la vida.
De todos modos, los hongos para el TDH no vale para nada. Si sabes lo que haces te puede servir para muchas otras cosas. Está bastante estudiado en temas de depresión, en temas de adicción... Yo he sufrido una depresión muy heavy, me he medicado mal… Quiero decir, depresión de las duras, de años de tratamiento… Pero si, conmigo he probado cosas, claro.
Para qué problemas dirías entonces que te pueden ayudar los hongos…
Que esté bien estudiado, que no sean pajas de ahora vamos a probar como hace mucha gente con la ayahuasca, que dispongamos de un peso teórico y clásico, está demostrado que funciona en temas de adicciones. De hecho, Alcohólicos Anónimos, antes de la Ley antidrogas, de la War on drugs de EE.UU. para el mundo, hacía pruebas que eran una bestialidad y habría que ver cuanto de válido había en todo ello, porque la ciencia se evalúa diferente a medida que pasa el tiempo, pero los resultados en alcoholismo, una enfermedad dificilísima de erradicar, tenían como un 80 por ciento de éxito cuando se trataba con psilocibina. También se han conseguido buenos resultados en trastornos por estrés post traumático, por ejemplo, en veteranos de guerra. Resultados no tan bestias pero interesantes en temas de depresión y de ansiedad. Pero hacen falta más años de investigación. Lo que sabemos abre puertas interesantes. También hay que tener en cuenta que los resultados de hoy hay que cotejarlos con el efecto en el cerebro a cinco o diez años vista. Somos muy complejos.
Puede que los jóvenes fumen menos porros pero están experimentando con drogas como los hongos.
Los jóvenes socializan mucho menos, con lo que follan menos. Se drogan bastante menos. Beben menos también. Salen menos de fiesta. No lo digo yo. Es lo que dicen las estadísticas. Lo hacen todo diferente a nuestra generación. Igual que la nuestra actuaba muy diferente a la que nació en los años 50. Es sintomático de que existe un cambio radical. Ahora los chavales juegan el fin de semana en línea con gente de todo el mundo, nosotros quedábamos en el parque para tajarnos y si había suerte te liabas con una chica que era muy probable ni te molase. Esos espacios han desaparecido. Cuando pasas de los 40, todo va a ser peor que lo nuestro. Nuestra etapa a la madurez pasaba por los grandes consumos, por los botellones, por las drogas, ser fumeta durante unos meses o para quince años…
Tu crees que los de nuestra edad después de mucho fumar ahora buscan en las drogas una curación…
Es todo muy subjetivo. Hay gente que con 24 años ya no se plantea ninguno de estos consumos. Y hay otros que, pasados los 40, siguen pensando estrategias para conseguir entradas para el Sónar y en cuando ubicar en el calendario su fiestecilla de cada cierto tiempo. Para mí las dos opciones son válidas. Depende a quién le preguntes no es ni pregunta y depende de a quien es una lucha personal por crear una identidad a los 50 años, cuando ya no tienes ni espacios para hacer según qué cosas. Tus 50 años no son los mismos que tenían tus padres en los 80, ni son los mismos que los que puede vivir una persona en Berlín, donde ya hay un ocio orientado para gente de esa edad. Tu ahora vas a la puerta del Razzmatazz, miras a tu alrededor y estás perdido aunque llegases a ir un montón de veces en los 2000. Tenemos un Apolo y un par de fiestecillas donde alguien de nuestra edad todavía puede salir airoso, pero poco más. Son espacios muy concretos.
Dirías que estás mejorando como cultivador...
No entiendo la pregunta.
Que si has notado una evolución en tu cultivo. Supongo que a efectos psicodélicos la calidad de las setas que sacas ahora no debe ser la misma que la de cuando empezaste hace, no sé, un par de años...
Todo ha sido un proceso. La micología me interesa en general. Yo hace unos quince años estuve a punto de montar una empresa con un amigo, pero hicimos números y no teníamos el dinero suficiente para la inversión… Y te estoy hablando de girgolas, no de setas alucinógenas. Ya en su momento dediqué dos años a decidir la genética que quería, elegir las cepas con las que quería trabajar, con qué sustrato… Tienes que controlar la humedad, la temperatura.. Los intercambios de oxígeno - CO2. A mí todas estas mierdas me hacían gracia hace ya tres lustros. Después vuelvo justo cuando ya está habiendo un boom muy bestia en todo lo que tiene que ver con la salud mental. Me pilló en un momento en que pensé que yo quería probarlo para mí. Me entero de que cuanto más se investiga, menos nocivo puede resultar. Total, que me pongo a cultivar en mi casa. Después está el tema del TDH, que te hace enfocarlo todo como si fuera un reto. Empecé como todo el mundo, me compré un pan de setas y a ver qué sale. A partir de un punto ya quería esporas. «Necesito micelio líquido para no sé qué». «Y cómo hago para propagar el micelio». Te montas cámaras de inoculación. Auténticas polladas que a mí como proceso, ya digo, me siguen haciendo gracia. Yo es que disfruto mucho el proceso. Hay veces que me enfado porque se me ha contaminado una seta. Es que me da igual que salgan buenas o malas. Estás trabajando en un laboratorio y con vida y a tí lo que te interesa es que ese proceso no se pare.
Tengo un amigo que se está planteando lo de la micología como negocio. Deduzco que no le animarías a emprender…
Mal negocio. Yo nunca llegaré a amortizar lo que llevo invertido. Yo sólo vendo a amigos y a unos pocos amigos de amigos y tengo claro que no quiero abrir mercado. No me interesa entrar en otra dimensión que no sea la de la investigación. Yo vendo algo por recuperar parte de la inversión, cuando te quieres dar cuentas te has dejado una fortuna. Que si un termostato, que si un ventilador, un temporizador no sé qué, un regulador de humedad que no sé cuántos… Parece que no, pero vas sumando y es mucha pasta. Si puedo recuperar parte de la inversión, ya estoy contento. Insisto. No olvidemos que esto no es legal. En cuanto entras en sub mercados ya no me parece buena idea. Ya que te la vas a jugar, hay otros lugares ilegales donde puedes hacer mucha más pasta de verdad.
Y en todo este tiempo que llevas investigando qué es lo más maravilloso que has descubierto.
¿Psicológicamente? ¿Experiencialmente? ¿Durante el proceso de cultivo?
Ahora me refería al aspecto biológico del tema.
A mí lo que me flipa, que además es la parte que no tengo controlada del todo, es cómo de una tirada puedes propagar las siguientes. ¿Sabes cómo funciona la seta?
¿...?
De la cabeza de la seta caen las esporas que es como un polvo negro. Tu coges un centímetro cuadrado de aire del que estamos respirando y ya lleva millones de esporas. El aire está lleno de mierda. Dentro de casa también. Tienes moho en casa seguro. Y no sale porque sí. Es el aire que respiras en tu casa. El tema es que coges las esporas y las introduces en un sustrato. Tienen que cruzarse entre sí y entonces se empiezan a crear como unas raíces: el micelio. En el fondo, el hongo es la fruta. La mayoría de hongos no forman la seta que tenemos todos en la cabeza. Una vez tienes el micelio, puedes hacer infinidad de cosas para alargar, cronificar y clonar. Yo lo de trabajar con esporas lo he intentando pero siempre se me ha acabado contaminando. Para evitarlo necesitaría más pasta para conseguir los instrumentos necesarios que son caros y ocupan mucho espacio. Pero con micelio he hecho muchas cosas. Lo chulo es que por el camino aprendes, o te encuentras, porque muchas veces es por sorpresa, con momentos en los que puedes duplicar o clonar donde no pensabas que podrías. Trabajo con muchos tipos de sustratos, tengo uno que es un clásico, el PF Tek, muy estandarizado, es americano, pero no me acaba de convencer. Lo que me está yendo mejor, esto es spam, se lo pasas a tu colega el del negocio y me roba tres años de curro, es fibra de coco de toda la vida, estiércol de cabra, que he dejado reposar un año y medio, y ahí tira lo que le eches. Todo súper orgánico y cuando acabas lo utilizas como compuesto para las plantas con lo que lo devuelves a la naturaleza. A mí es que también me gustan mucho las plantas.
¿Y tu consumo propio cómo es?
Me tiene que apetecer mucho... Empecé por un tema antropológico y por salud mental. La primera vez que me metí fue una dosis bastante alta con una ex. Ella lloraba de emoción y bailaba con los árboles y viendo a la Virgen y a su madre... Y a mí me pilló un mal viaje muy importante. No es lo que se tiene que hacer pero lo repetiría hoy. Me gusta mucho lo que es la experiencia humana. Y decidí que quería navegar todo el mal viaje. Puedes parar un mal viaje comiendo algo con azúcar o con grasa y bajar la intensidad del globo, pero yo decidí no hacerlo.
Claro, porque la cuestión de la toma de hongos es que te exige una estrategia en relación a cuando vas a comer. En cuanto ingieres alimentos el globo baja en picado.
Tienes que organizarte el día en función de esto. Para bien o para mal. Si te vas al monte llévate una mochila con bollería industrial por si la cosa no está muy clara y así reduces la intensidad. Pero yo estuve ocho horas de mal viaje porque yo quería saber qué era eso y a donde me llevaba. No soy nada drogota pero mi consumo es muy activo. De manera deliberada voy «experienciando» lo que tomo. Con lo que esto lo seguiré haciendo... No de manera habitual pero quiero tener esta opción. Si esto es un mal viaje quiero ver hasta las últimas consecuencias para tener las herramientas necesarias por si me vuelve a pasar.
Pero un mal viaje en tu caso, ¿qué quiere decir?
Si tienes un buen viaje como que comulgas más con la gente, la naturaleza, qué bonito todo... Pues ahora imagina todo esto en el otro extremo. El mundo es el lugar más hostil posible. Esa sensación de que todo mal... No es que tuviera pensamientos estructurados en este caso negativos... Eran más bien sensaciones... «El mundo es literalmente un lugar hostil». Y punto. Yo era consciente de lo que estaba pasando. «Claro que tienes ansiedad: navégala». Esto, lo que hace es recablear el cerebro. Tu aguantas y exploras profundamente un mal viaje pero también te está recableando el cerebro. Y aquí es donde puedes cronificar cosas. Aguanté bastante bien el post, pero se confirmó lo que ya sabía y es que esa experiencia condicionaría todas las posteriores tomas de setas. En todas tendría en algún momento angustia y ansiedad. Desde esa ocasión, en cada toma tengo algún momento de mal viaje. Pero como ya sé que es cuando llega, yo que sé, un momento de taquicardia, pues puedo manejarla. Y ese momento de angustia cada vez se va a ir reduciendo. Todo ese ejercicio no lo recomiendo a nadie. A nadie. No tiene ningún puto sentido. Yo lo he elegido como otras cosas estúpidas que elige la gente como modo de vida. Pero por eso te digo, que parece una panacea, pero todo es más complejo de lo que podamos llegar a entender.
El mundo como un lugar literalmente hostil es la quintaesencia de una pesadilla hecha realidad. Y el que mejor pesadillas tiene ahora mismo es billy woods. Un disco increíble del que, por desgracia, como de las drogas, no se puede abusar.