Un giro con il pirata
A 20 años de la muerte de Pantani nos acordamos del maestro Dino Buzzati
El otro día echaba cuentas de la gente que no veo desde antes de la pandemia.
Tengo un amigo, al que tampoco es que vea tanto, que dice que mucha otra gente, que no es él, aprovechó el encierro para decidirse a purgar, por fin, su lista de amigos y conocidos.
Es probable, entonces, que yo haya sido objeto de la purga de varios de mis allegados.
En cambio tu, que no me conoces de nada, ahí estás confiando en mi compañía cada lunes por la mañana.
Dios te bendiga.
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Axin, sí
Uno de los amigos que más se acuerda de mí es Ricard.
El otro día me llamó para un esmorçar de forquilla en uno de los cúlmens de este tipo de hábito, muy en boga últimamente entre los barceloneses, muy probablemente como respuesta al vikingo y extractivo, brunch.
El local en cuestión se llama Casa Axin, en Blasco de Garay, corazón del Poble Sec, famoso barrio por ser cuna de Joan Manuel Serrat.
Yo me pedí la entrañita de más arriba, pero erré el tiro porque, si bien, está muy bien, como toda la carta, es sin duda el cap i pota el factor diferencial de este restaurante que Dios nos guarde por muchos años.
El local está muy cerca de otro de nuestros favoritos del barrio, el bar La Cañada del carrer la Bòbila. Si quedas para almorzar fuerte, luego puedes hacer el vermú en este local a primera hora y te aseguras mesa en su terraza.
Nosotros hicimos tiempo en un bar de la plaza de las Navas donde siempre hay una mesa con gente que no se ha acostado. Pero nosotros fuímos más ruidosos que todos ellos porque nos enzarzamos en una polémica sobre las razones de la muerte de Marco Pantani.
Lo pasamos pirata.
El demonio se viste de rosa
Me comenta Ricard que ya están los snippets del debut de Anbau en el sello neerlandés Bordello a Pariggi.
Viene armada con una locución en la que se relatan las heroicidades del italiano en la etapa del Mortirolo del Giro de hace 30 años.
Justo estos días se han cumplido veinte de su deceso.
Buen homenaje.
(Como mi tuiter que es puentani desde hace muchos años)
El que está ascendiendo estos últimos meses una montaña más dura que el Mortirolo es el propio Marcos de Anbau al que le mandamos un abrazo desde aquí.
Esta es la primera producción en la que Ricard de Dios se une al proyecto Anbau.
Por lo demás, puedes escuchar los snippets desde aquí.
Maestro Buzzati
“Un viejo artrítico, todo retorcido, a un compañero más joven: «¿Vanitas vanitatum, dices? ¿Te crees que estos del Giro son una panda de necios que se afanan por nada, que corren sin razón alguna? ¿Y los otros? ¿No son peores los otros, los que dicen trabajar por cosas serias? Mejor estos, créeme, por lo menos tienen el valor de no prometer complicados paraísos a sus semejantes. Corren para nada, es verdad, no construyen nada. Pero ¿cómo explicas entonces que la gente, incluso la de aquí, que es de natural melancólico, se ponga tan contenta de verlos?”
Y si hablamos de Pantani y del Giro de Italia, tenemos que hablar de esa maravilla que es el compendio de crónicas del novelista Dino Buzzati en torno a la competición ciclista que recorre el país de la bota.
El autor, oriundo de la región del Véneto, aprovechó la oportunidad que le brindó en 1949 el Corriere della Sera para enfundarse el maillot de enviado especial y disfrutar y hacernos disfrutar como niños con sus artículos redactados al final de cada etapa (en unas condiciones que supongo no debieron ser las más cómodas y además sin laptops).
Buzzati explica en esas notas que seguía la vuelta en coche con otro periodista deportivo, Ciro Verratti. Antes de dedicarse a la prensa, Ciro ganó una medalla de oro en los JJOO de 1936 en la modalidad de florete por equipos. En 1971, Verratti sufrió un accidente automovilístico al final de la 14ª etapa de aquel Giro y murió un mes después.
Por lo demás, y en el plano puramente deportivo, esa trigésimo segunda edición va a ser especial porque se va a producir el sorpasso entre la vieja guardia, Gino Bartali, y la nueva savia personalizada en Fausto Coppi.
Es el año además de la inclusión de las metas volantes. Aunque parezca mentira, no siempre estuvieron entre nosotros las metas volantes. Marcas intermedias para mover el avispero entre los amodorrados ciclistas y provocar los demarrajes, las escapadas sorpresa…
De hecho, se pregunta el periodista por la poca implicación de los favoritos en las etapas llanas.
No tiran del grupo.
Se esconden.
Yo de pequeño tampoco entendía porque era tan importante especular con las energías en el ciclismo.
“Los favoritos saben lo que hacen. Los favoritos son astutos, y sus directores deportivos más astutos y sabios todavía. Los favoritos, y nos referimos a los dos gigantes, son ricos en fuerzas y, como todos los ricos que se han hecho a sí mismos, también son un poco ávaros. ¿Para qué gastar más de lo necesario? Cuando llegue el momento oportuno, en los Dolomitas, por ejemplo, o en los Alpes Occidentales, allá donde no hay truco o astucia que valga, sacarán el monedero y pagarán hasta el último céntimo”.
Me ha gustado mucho como describe la tarea del gregario, el ciclista del montón que trabaja para el líder del equipo y que tiene que fastidiar sus planes individuales en beneficio de la estrategia:
“Mañana recibirán las despiadadas órdenes del equipo, tendrán que ayudar al «capitán» cuando le falte nervio, remolcarlo cuesta arriba como un saco, derrochando en balde la mejor parte de las propias energías, precisamente el día en el que el gregario meditaba una escapada en solitario”.
Esto es lo que explica antes de empezar el Giro, mientras viajaban en barco hasta el inicio de la prueba en Palermo:
“Aunque podría ser que no. Podría ser que incluso estas fantasías le estuvieran prohibidas y que aún en sueños no deje de ser un pobre gregario; podría ser que simplemente duerma con el abandono de un animal, cansado por el largo camino recorrido y aún más por el que le queda por recorrer. Porque sabe que no tiene esperanza. Así pues, mejor que se limite a dormir, a dormir nada más; y que no sueñe nada”.
Como notario de la realidad, Buzzati nos describe las armas secretas que portan los corredores. Llama la atención un frasco de anfetaminas que supongo debían ser legales en aquel momento.
Bien pensado, la del ciclismo, igual sería una competición mucho más justa si llevaran las drogas a la vista.
Buzzati toca sobre todo temas aledaños a la propia competición ciclista, como la situación de posguerra y la recuperación de la moral italiana tras el desastre al que les ha llevado el duce, las ruinas que dejó el conflicto mundial en localidades como Cassino, en la provincia del Frosinone, en una crónica del día que va mucho más allá de lo deportivo, con esos muertos que se levantan de sus tumbas…
Y después, claro, una subcategoría dentro de la crónica ciclista, la descripción del paisaje (no hay deporte en el que el paisaje sea más importante que en el ciclismo: “Hasta los corredores carentes de sensibilidad artística estaban tácitamente de acuerdo: matarse a correr en un lugar como ese era poco menos que una blasfemia”).
El enemigo a las puertas
Dino Buzzati tiene un puesto destacado en el podio de las letras europeas del siglo pasado con una novela titulada “El desert dels Tàrtars”.
Un oficial acaba su formación y es destinado a una fortaleza fronteriza donde nunca pasa nada.
Lo único que pasa es el tiempo.
Los mejores años de su juventud.
Es más, a medida que se va haciendo mayor, el tiempo va cada vez más rápido.
Delante tiene el desierto por donde se espera lleguen algún día los tártaros. Los tártaros, se entiende, como sinónimo de gente aguerrida y bestial con bigote que amenaza a la sociedad occidental. Animal mitológico que se resiste al objetivo del National Geografic.
Pero el tártaro no llega y la juventud se va yendo por el sumidero de esa fortaleza inmensa en la que todos los días son lo mismo.
No hace falta aclarar, que los personajes se encuentran en una fortaleza inmensa, pero podrían estar perfectamente en una oficina de un polígono industrial de la Zona Franca.
Tengo poca experiencia en centros de trabajo pero había una cosa que me ponía de los nervios de algunos de mis compañeros. Cuando llegaba el viernes decían aquello de “por fin es viernes”. Tampoco es que lo comentaran muy excitados. Más bien con el formalismo del funcionario que ese día ha cambiado la vianda entre el pan del bocadillo. Cuando les preguntaba qué iban a hacer el sábado me respondían con un, “lo mismo de cada semana, supongo saldré y me emborracharé”.
Después llegaba el miércoles y esos mismos compañeros decían con el mismo tono de contestador automático mortecino: “Bueno, ya estamos a miércoles. Ya tenemos media semana hecha”.
Esos comentarios de ascensor me crujían el alma.
De todo eso va la novela de Buzzati, pero con todo un desierto de los tártaros delante de las narices de los protagonistas.
De militares que desean la guerra para justificar sus decisiones, sus anhelos, sus vidas…
De esperar al enemigo, y darte cuenta que el enemigo eres tu cuando ya es demasiado tarde.
Nota: La edición que leí hace unas semanas es de la editorial Empúries y es de una tirada especial de 1000 ejemplares con motivo del 25 aniversario de la editorial. La portada la tienes más arriba.
Bonus traxxx
Mientras editaba el boletín me he encontrado el homenaje a Aphex Twin que tienes más abajo de parte de Raj Chaudhuri aka Raji Rags. Se incluye en la serie de mixes de Bleep (tienes el tracklist aquí) como promoción del debut en formato EP del propio Raj en su sello OTIH Records.
Podría entrar perfectamente en los mejores mixes del trimestre que acaba de empezar.
"This is a live DJ mix of AFX classics, a few edits, some material of his lesser known aliases and a bunch of unreleased tracks from his Soundcloud dump. Aphex Twin has been a big influence on my whole musical journey and career as a DJ and now a big influence on my journey into my first steps into production and my debut EP - Congratulations. This feels like a full circle moment to have my debut record sold on Bleep considering I used to work there... - Raji Rags