Un gitano en mi distopia
Cathy Claret abrió su museo de flamenco pop en los bajos de las tres chimeneas
New York tenía sus Twin Towers.
París su Torre Eiffel.
Yo tenía las tres chimeneas de Sant Adrià.
Con mi flamante bicicleta me acercaba de pequeño hasta esta parte fronteriza entre Sant Adrià y Badalona.
Era toda una aventura, no se vayan a pensar.
Mi última frontera estaba en esta térmica que acogió una rave del milenio y le hizo de palmera a la playa nudista conocida como Chernobyl.
Más allá de este mamotreto se divisaba a lo lejos una ciudad de las maravillas llamada Barcelona, a la que había que acceder en coche sorteando un río apestoso llamado el Besòs. Si pasabas por ahí desprotegido, te volvías verde como el increíble Hulk.
Me gusta explicar a quién me quiera escuchar que la primera vez que pensé en algo parecido a una distopia fue delante de esta termoeléctrica de cemento armado montado en una BH recién estrenada.
En aquella fábrica se veía salir humo pero nunca pude ver a nadie trabajando. Ni un operario, ni que fuera uno degustando un pitillo en su momento de pausa laboral.
Era aquella una fábrica que funcionaba sin humanos.
El jueves pasado pude entrar en sus bajos para escuchar la visita guiada de Cathy Claret por entre su colección de discos y fetiches de flamenco pop.
“Uno de cada cuatro españoles tiene un disco o una cinta de Los Chichos, para mí son los Beatles españoles”.
Estamos en la exposición “Flamenco Pop: una revolució gitana”, propuesta de la bienal Manifesta 15 en la que se nos muestran discos, de eso mismo, de flamenco pop. Es decir, flamenco y mezcla. Aunque al final del recorrido, los ortodoxos tenéis también una parte dedicada al flamenco más puro. Pero bueno, dudo que haya muchos ortodoxos leyendo mi boletín.
“El flamenco suele venir de los barrios más marginales. Can Tunis era la cuna del flamenco, lo que pasa es que los periodistas no lo han querido ver. Ahí se podían haber hecho los mejores documentales de flamenco de toda España”, comenta Claret siempre en un tono desafiante. Los periodistas fueron diana de las diatribas de la francesa (“He montado este museo por rabia. Por leer según que cosas en la prensa”). Pero se escuchó alguna puyita al trabajo, digamos, “extractivo”, de las super estrellas Tangana y Rosalía.
Me hace notar mi amigo John que es una pena que tenga que venir una francesa nacida en Nîmes a explicarnos el flamenco.
La visita guiada por Cathy se convierte desde el inicio en un name-dropping de artistas, bastantes de ellos olvidados. Como El Luis, un “rockero gitano total, al que tenéis que escuchar porque es rock, rock...”. Artistas dando con sus huesos en penurias económicas insalvables, como las últimamente más recordadas Las Grecas, en su caso por un chascarrillo mal traído (“me da mucha rabia cuando escucho el chiste de acabar como las grecas porque Tina era esquizofrénica y murió en la calle”).
“Me da rabia que todas estas mujeres que son leyenda se mueran solas, como Argentina Coral, pero es que mírala, era la Amy Winehouse gitana”.
“Carmen Amaya es la artista española más famosa a nivel mundial. Frank Sinatra decía de ella que era mejor artista que él. Y todo esto lo quieren tapar. Quiero una estatua de Carmen Amaya en Las Ramblas”, explica la cantante y compositora autodidacta pero que ha trabajado con grandes como Ben Rogan, productor de Sade, Pascal Comelade o Rossy de Palma.
A otros los recuerdo perfectamente de aquella cuenta de Spotify hackeada de mi infancia que era el patio de luces de mi piso familiar en Sant Crist. Como a Parrita, “el Julio Iglesias de los gitanos o Manzanita, una institución que le ha puesto música a todos los poetas y que, además, lo más importante, gracias a él mi hija, que no era muy buena estudiante pero se sabía todas sus canciones logró aprobar en la escuela”.
Hay gente a la que han borrado del mapa, sobre todo a muchas mujeres, “como Laventa, de nombre Antonia Rodríguez Molina, fue una gitana que en 1975 llegó a ser Miss Madrid y cantaba un flamenco que le puede entrar fácil a todo el mundo, un poco como La Niña Pastori, ¿sabes?”.
“Yo soy una loca de la canción “Quién maneja mi barca” de Remedios Amaya. Tengo todas ediciones que salieron en el mundo. Es música electrónica mezclada con flamenco pop. Lo que pasa es que en Europa no la entendieron, se llevó cero puntos cuando fue lo mejor que ha pasado nunca por Eurovision”.
Una de las joyas de la corona gitana es ese expositor de cintas con lo más granado del flamenco. “Ahora escuchas cualquier cosa de la movida y te das cuenta de lo mal que ha envejecido. Esta música en cambio, no. Porque iba por delante aunque se vendiera en gasolineras”.
“Los payos en dos días montan un imperio. Van a firmar los contratos con buenos abogados, aquel es amigo de no sé quién… Los gitanos en cambio no tiene conexiones con el poder. Hasta Camarón, el Dios en vida de los gitanos, llegó justo al final de sus días”.
Oriol me señala un hard to find entre la tupida colección como este La guitarra de El Niño Miguel, otro artista que tuvo que enfrentar su genio a los demonios de la esquizofrenia, tío de otra gran figura como Tomatito: “Se comía las cuerdas. Un genio entre millones. La que te liaba con sólo dos cuerdas”.
Menuda joya de sello
Otra de las cosas buenas de la tarde es que Uri me presenta al sevillano Fran Mora, uno de los responsables del sello Alhaja Records (en la foto junto a Claret con una sábana de Camarón, extraída del IG del sello). Con él estuvimos hablando de la introducción de la electrónica en el flamenco. De lo difícil que resulta definir lo que es la electrónica y lo que es el flamenco, y aún más complicado poner con palabras lo que está surgiendo de la unión de estas dos sensibilidades. “Hay que tener respeto por el flamenco pero yo creo que la electrónica sólo ahora es cuando empieza a salir de arquetipos como el pastilleo y demás”.
Todas estas disquisiciones dan para próximas ediciones de La Semanada.
Aquí abajo os pego la más reciente publicación del sello, tiene apenas diez días, se trata de la nueva producción de Kosu Nes nuevo aka de Andrés Satué también conocido como HUMA. Ingeniero de sonido gallego instalado en Barcelona, con una amplia trayectoria en experimentación musical en proyectos como Lendrone o Esquelas.
“Ruido y caos electrónico, entornos surrealistas y emociones ambiguas al mezclar familiaridad y nostalgia con un sentido subyacente de malestar”.
Antes de despedirme hasta el lunes, informaros que el TT U’R’I inició hace un mes la serie de podcasts del sello con este mix en el que mezcla temas orillando el flamenco con texturas electrónicas. Un tracklist que se abre con La Fura Dels Baus, hay por ahí algún edit del propio Uri, un remake de los Kool & The Gang, después que si Plaid, que si Marina Herlop, un Planet Mu de Jlin…
De los mixes de este tramo del año por no decir de los más originales de todo 2024.
Porque "A quien madruga...Dios (Un Señor o Señora que está por encima de todos/as y lo sabe todo) le ayuda... a percatarse antes que el que se levanta más tarde, del mundo de m****a en el que nos vemos inmersos. Ojalá... Bueno lo de la máquina del tiempo os lo cuento otro día más animado...jejeje