La semana pasada dedicamos el boletín a tratar temas nucleares y este lo iniciamos con el “ incidente del equinoccio de otoño”.
Y es que todo esto que os voy a explicar esta semana, no hubiera sucedido nunca, no estaríamos ahora aquí, si el teniente coronel soviético Stanislav Petrov (un ruso con cara de buen tipo) no hubiera reaccionado con calma y sangre fría a la alerta de un radar nuclear que avisaba, equivocadamente como se supo después, de la inminente llegada de misiles balísticos a territorio de la URSS.
Ese señor con apariencia de mucha responsabilidad mantuvo la compostura la noche del 26 de septiembre de 1983, lo que quiere decir que desacató por prudencia el protocolo militar soviético y evitó así un más que probable holocausto nuclear.
Crédito de la foto de Stanislav Petrov en Wikipedia.
En Catalunya no estábamos entonces para holocaustos nucleares, embebidos como estábamos con el fenómeno televisivo de aquel otoño de 1983: el estreno en lengua vernácula de Dallas, con todo un JR parlant en català i dient “meuca” a la seva dona.
El malo más malo de los personajes televisivos de esos años dará el salto de la pantalla a las discotecas.
Estamos a principios de los 80 y las discotecas sirven para todo. Había que competir con los recién estrenados bingos.
Así que los humoristas encuentran acomodo para sus chistes en discotecas y salas de fiesta de la ciudad. En los clubs de una década después todo va a cambiar y el Dj va a ser el rey. Y entonces el público no estará para otras historias que no sea escuchar a su Dj de culto favorito.
Pero en 1983, humoristas como Pepe da Rosa todavía se presentan en salas como Psicosis de la calle Balmes, para imitar al malo de la serie más famosa de aquellos 80.
Se me olvidaba decirte.
Estás leyendo La Semanada y ahora mismo has vuelto al otoño de 1983.
Por cierto, si te interesan los primeros años de la corporación catalana y su relación con la música, en este link tienes una entrevista a Manuel Huerga que mantuvimos Isma Cano y un servidor con él en su casa de Muntaner. Manuel fue realizador de Estoc de Pop, el primer programa musical de TV3 que tuvo continuidad después con Arsenal y Arsenal Atlas.
En el resto del Estado ese octubre de 1983 se recordará en lo televisivo por el estreno de Tocata.
En los medios de la época se anunciaba de la siguiente manera: “Tocata, un musical, por fin, en TVE previsto para octubre. Sustituye a Aplauso, pero no se le parece. Costará de tres partes, la primera en directo y la segunda en diferido para que de tiempo a preparar los efectos especiales del tercer bloque final”.
Los amantes de la música interpretada en directo en televisión -que no cantada, años esos de controversia con el playback- se habían quedado huérfanos de espacios parecidos desde la finalización del citado Aplauso a inicios de ese mismo 1983.
Pero este programa iba a ser diferente. Porque este nuevo espacio iba a presentar las más rabiosas tendencias musicales a un público más joven que su predecesor. A un target que, año arriba, año abajo, merodeaba la adolescencia.
En Tocata no habría espacio para Pepe Da Rosa imitando a J.R.
Así que, se puede decir que Tocata fue nuestro primer programa de urban music.
Yo recuerdo ver por primera vez en mi vida en este programa, antes de escucharlos en la FM, a los Pet Shop Boys.
Flipé, claro.
Un grupo que se llama “los chicos de la tienda de animales” y uno de ellos sale con un sintetizador de donde saca todo un ritmo funky y moviéndose por el escenario con la misma virulencia que destilaba mi tía Mari Carmen cuando venía a mi casa a merendar sultanas de coco…
De locos.
Y eso que Chris Lowe ese día no salió al plató con gafas de sol. Un año después volvió a aparecer con unas de rejilla y eso ya fue el acabose porque, aunque dudaba que se pudieran dar ni dos pasos con ese sistema de visión codificada, yo las buscaba en los encantes del barrio de La Salut de Badalona. Y, no, no encontré nada parecido. Me sentí estafado.
Yo quería vivir en Londres. En el West End.
Lo bueno es que era muy hábil dándole al REC de mi aparato Betamax y la actuación la pude repasar ni sé las veces. Tanto que empezaron a salir unas rayas ondulantes que dejaban la grabación apropiada para las gafas de Chris Lowe.
Después me compré la cinta de las remezclas de su primer álbum, Disco, con trabajos de Arthur Baker o Shep Pettibone. Y va el compañero más pijín de la clase y se empieza a interesar por mí y paso a ser de los (medio) populares de mi curso. Me hizo una oferta por el casset que rechacé. Si la vendía volvería a ocupar el anonimato característico de los primeros pupitres del curso.
La música que se escucha en Tocata también se puede bailar entonces en Studio 54, la sucursal de la mítica discoteca neoyorquina en el número 62 de Paral·lel.
En julio de ese año, por ejemplo, Eddy Grant cobraba unos astronómicos 25.000 dólares de la época por su actuación en Studio 54. El precio de las entradas era de 1.200 pesetas, bastante caras también para la época.
La catedral de la new wave y el primer hip hop lleva tres años abierta y empiezan los primeros movimientos en su gestión.
Mike Hewitt se retira como cerebro de la discoteca para emprender vuelo de vuelta a Estados Unidos y entra en acción Damián García Puig, conocido por su trabajo en el ámbito periodístico desde el Grupo Zeta, donde desarrolló proyectos como la revista Primera Línea, MAN o Woman (fallece en invierno de 2020 en plena marea Covid). Damián se estrenará con una nueva temporada artística en la que destacan nombres como The Stranglers, Spandau Ballet, José Feliciano, Culture Club, Los Chichos y eventos como el 50 aniversario de Discos Castelló.
En el otro lado de la pirámide de edad de los habitantes de la ciudad de Barcelona también hay novedades.
Ese mismo otoño de 1983 abre sus puertas la catedral de los boomers de ayer, hoy y de siempre.
Imperator es la nueva sala de fiestas de la calle Còrsega, 327, desde el 3 de noviembre de 1983. Cuarenta años después sigue abierta. Y que no nos falte nunca.
Por aquellas fechas se inician también, en la intersección entre Consell de Cent y Passeig de Sant Joan, las obras de reconstrucción del Scala, no sé si sabéis, el restaurante-espectáculo calcinado cinco años antes por un incendio provocado que, policía y medios, atribuyeron a militantes anarquistas de la CNT. Para algunos historiadores mal pensados, un montaje para desacreditar al movimiento libertario de la ciudad, en un momento en el que, a nuestra Transición, le quedaban aún unos cuantos flecos por perfilar.
Estamos en el 83, así que muy probablemente si no te gustaban los Pet Shop Boys fuera porque eras heavy en ese momento. Y si eras heavy lo más probable es que no fueras a ver a Black Sabbath a la Monumental ese mismo otoño de 1983. Porque no tenías un duro para pagar las 1400 pesetas que valía la entrada.
Su primera y estruendosa visita a Barcelona contó con una posterior visita a la discoteca Duetto (¿!!?).
Seguro fue cosa de los RRPP de esta discoteca de Consell de Cent, que más adelante adoptará el nombre de El Coño tu Prima.
O sea, que podemos decir, sin ambages, que Black Sabbath estuvieron una vez en lo que vendría a ser El Coño tu Prima.
Años físicos
Este final de verano hemos estado siguiendo en casa las andanzas de la protagonista de Physical, serie que justamente transcurre en esos primeros años 80 en los que se enmarca la newsletter de esta semana.
Describe ese momento en el que el fitness da el salto a la televisión para solaz de las alienadas y bulímicas amas de casa que sostienen los hogares del primer país del mundo.
Al capitalismo le salen michelines y hay que rebajarlos sin necesidad de salir de casa.
“We are building a place for women to be free of judgement”.
A este nuestro país llegará también nuestra Sheila Rubin particular, Eva Nasarre con su Puesta a punto justo el 3 de octubre de 1983.
Si la new wave inglesa se movía como un palo, el way of life americano entraba dando saltos en mallas en mi casa del barrio de Sant Crist de Badalona.
Hoy caigo en la cuenta de que fue con diez años cuando empecé a ser consciente del poder global de la televisión.
Y mientras tanto los rusos avistando misiles fantasma.
El house de otros
El otro día escuché un mix de Scotia para la serie “House of Others” del colectivo afincado en Madrid, Others from de Front (“QUEER RAVE CULTURE”).
El mix en general está bien. Destacable la variedad de años recogidos en la selección de house de ayer, hoy y de siempre. Temas que van del 87 al 2023. Os lo embedaría, pero en serio que no se puede, tenéis el link más arriba.
Se incluye esta remezcla de Kings of Tomorrow para el tema “House Music” de Eddie Amador que sacó en 1998 Yoshitoshi, el sello de la pareja Deep Dish, que aporta dos remezclas para la colección.
Como curiosidad, después entra un tema con arreglos a la percusión de Kiko Navarro, que recuerdo salía mucho en la agenda de clubbingspain. Pero ahora creo anda algo poco reivindicado en nuestro país. Bueno, en nuestro país más bien se reivindica poco de nada.
En este caso, estamos hablando de un tipo que en el mundo del house estuvo como residente en Pachá y ha remezclado a Osunlade y Louie Vega (y al que Gilles Peterson incluyó en la banda sonora del Grand Theft Auto V).
A ver si lo suyo va ser culpa del naming.
Kiko Navarro no pega para un Dj de house profundo como el suyo.
En una entrevista para el Diario de Mallorca de 2021, el de Palma aseguraba que se quedó en el paro con la llegada del Covid y que, no le gusta la palabra, pero que ha tenido que “reinventarse” y ahora vive “con orgullo y alegría” de otros trabajos alejados de las cabinas.