Este febrero trae 29

El peor de mis augurios digitales tenía que llegar en año bisiesto

El pasado 29 de enero, día de mi cumpleaños, clubbingspain dejó de existir.

Como medio de comunicación pegado a la actualidad cesó su publicación, nada más que se actualizaba la agenda, hace ya unos años.

Ahora a lo que me refiero es a que la web morada ya no está en internet.

Pasé 17 años publicando artículos. Durante 10 años (o una barbaridad así) publiqué una entrevista todos los lunes.

Llevo días pensando en que muchas de esas entrevistas requirieron de bastantes minutos, incluso horas, de espera.

Recuerdo una cita con Dj Hell en la que me tuvo esperando cerca de cuatro horas en el hall del hotel donde se alojaba. La espera sólo acabó cuando alguien del servicio se dio cuenta de que el Gigoló se había quedado dormido en la sala del jacuzzi.

Todas esas entrevistas supusieron un montón de noches en vela.

Y ahora todas esas horas se han perdido para siempre y tengo una sensación algo parecida a cuando perdí la madre. Es decir, cuando perdí parte importante de mi memoria.

El archivo de clubbingspain era el testimonio de todas esas horas pensando, creando y sobre todo esperando.

Yo llenaba de contexto una fecha importante porque tal día fuí a cubrir una noche en el Moog o tal otro tenía pendiente una llamada a las once de la noche con la gente del Fabric para ponerme en contacto con Omar S, que a esas horas estaba merendando en Detroit (en esos momentos yo no sabía que iba a ser la peor entrevista de mi vida: algo me quedó claro esa noche, si un Dj de Detroit no ha pisado aún Europa, tu inglés de mierda no te sirve).

Toda esa data que se ha ido por el sumidero de internet suponían mi aportación a la cultura de este país.

Para las generaciones más jóvenes es como si mi trabajo no hubiera existido nunca.

Terrible todo esto, eh.

Ellos entonces no tenían forma de saberlo, pero yo en aquel momento escribía para los jóvenes de hoy.

Y es que como bien dice Music Radar Clan en su último Youtube:

“Si tu escribes un artículo de periodismo musical, tienes que preguntarte: “¿Si alguien lo lee dentro de cinco o de diez años, qué contexto va aportarle? Si la respuesta es nada o prácticamente nada, sinceramente, llamarlo periodismo musical igual es ser muy generoso”.

Y esa fue mi batalla durante mucho tiempo con la dirección de los medios para los que colaboré y, a veces, cobré.

Los contenidos de consumo rápido versus el periodismo lento: esos contenidos que hoy igual no proporcionan miles de clicks, como el último movimiento de flequillo de Richie Hawtin, pero como artículo ever green, entendía yo, dejaban una impresión, una foto, un retrato ni que fuese en sepia, del panorama cultural de este país.

Al final no quedará, ni una cosa, ni la otra.

Ni siquiera el flequillo de Richie Hawtin.

Ya no existe nada de esa memoria.

No sé si sois capaces de entenderlo.

Pero es igual.

Adónde vamos no necesitamos periodistas.

Foto de arriba: Una reflexión parecida tuvo hace unos días Frankie Pizá en sus stories de IG. No por nada ha pasado ya un par de veces por esta experiencia traumática (y ¿purificadora?). Ahí donde no llegaba clubbingspain estaba su sensibilidad hacia otras músicas. Y ahora no queda ni lo uno, ni lo otro, nada más que la inmediatez de sus stories. Si pestañeas te las pierdes.

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El periodismo cultural no se hace solo…

“A toro pasado, lo que me sorprende, es que siendo los festivales el espacio de consumo de música en vivo hegemónico de este país, me parece increíble como es que no se habían escrito antes más libros sobre esto”.

Para periodismo musical en este país ya sólo queda Nando Cruz.

El último invitado de 𝕲𝕽𝕴𝕹𝕯𝕴𝕹’ se convirtió en el primer periodista que se cruza en el camino de este programa, por lo general, trufado de “charlas con raperos, drilleros, reggaetoneros y Ben Yart”.

Nando Cruz se presenta como el invitado más “viejo” o “experimentado” del programa juvenil. Estira la media de edad con la excusa de hablar de su libro, en el que, ya muchos sabréis ,explica las atroces consecuencias que supone alimentar a todos esos festivales amorfos que pueblan nuestra geografía.

“Lo primero que necesitarías para montar un festival es un ayuntamiento favorable, que suelte mucha pasta. Después un sponsor que te ayude a llenar las arcas. Y lo tercero, personas con experiencia suficiente para que los agentes de los artistas les cojan el teléfono. Tenemos macrofestivales que nacieron pequeños en los 90. En cambio ahora empiezan a nacer macrofestivales desde el minuto 0”.

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… el periodismo cultural hay que hacerlo

Otro ejemplo de periodismo musical hecho ahora.

Es decir, realizado por jóvenes que hablan del presente y, además, siendo justos con el legado de los que estuvieron antes.

Aquí tenéis la quinta entrega de las entrevistas de El Marge, vídeo magazine desde eso mismo, desde la periferia, con base en Nou Barris, presentado por Júlia Sabata y Albert Contat.

Veo estos dos vídeos y es inevitable recordar oro tipo de periodismo, que por lo que sea, ya es añorado, aquel El Bloque que en sus últimas entregas se grababa desde el mismo Apolo y me permitió estar a menos de dos metros de C. Tangana.

En este número que tenéis más arriba aprovechan la visita a Barcelona de Dano, artista integral de rap y hip hop, para llevárselo al Poble Sec.

Directo desde Madrid al Salvadiscos, reducto de los que gustan de rodearse de vinilos.

Aunque a Madrid Dano llegó en el 99, “cuando ya había pasado todo”. Llegó a Madrid vía Canarias vía Buenos Aires. “Yo venía del rap americano, no viví el trajín de las maquetas, la parte más romántica... Cuando llegué a España el rap de aquí ya estaba bastante evolucionado”.

Al fondo tenemos al TT Uri a los platos, al que le debemos siempre conocimiento en torno a nuestras raíces musicales, ya que muchos de nosotros las fuimos perdiendo por el camino.

“Conecté con el lado más afroamericano de la electrónica. Con el house, con el french touch, con el garage… Cosas que al final están hechas con samplers. O en su forma más original predominaba el sampler. Me empezó a interesar la música con una carga de sampler heavy”.

Me ha volado la cabeza que los orígenes como productor de Dano tuvieran que ver con el french touch.

Porque el french touch fue puerta de entrada a la electrónica de baile, para muchos de los hijos de la crisis del petróleo. Es en ese momento es que empezamos a gozar de los 90.

Lo que si me imaginaba es que nuestro protagonista está muy interesado por el groove que se facturó en España en los 70 y ese es un punto de unión con otro freak como nuestro Uri: “Nos hemos hecho amigos por la frikada del digging. Lo que suena ahora es Jorge López Ruiz, uno de los grandes genios del jazz argentino. Qué guapo hermano…”.

Dano ha empezado con otra gente como @casaunu un proyecto en Instagram, Hispanic Wave, en el que se revisan aspectos como el groove hispano y latino de los 70 de bandas como Barrabás: “Elevar toda esa magia de esas heroínas y héroes latinos, hispanas, que hicieron cosas que no han sido reconocidas, o no lo fueron hasta que no vino el check de fuera”.

“A Juan Carlos Calderón lo conocen los frikis que lo conocen pero debería ser más notorio. Tendría que haber un programa en La 2, un Cachitos, sólo para él”.

De todos modos, el artista reconoce que ha calado “un poso estético y cultural en la peña que se acerca a estas cosas y contamos con unos mínimos más elevados que antes”.

La música que hace gente como Dano viene de EE.UU. y lo primero que hizo fue entender los métodos de trabajo o producción para intentar hacer una cosa parecida. “No mirábamos a lo nuestro porque el envoltorio, la estética, asociabas a Rafael con otra movida”.

Pero es que yo añadiría aún más.

Cuando yo tenía 15 años asociaba a Rafael con aquel otro régimen político anterior a la democracia.

Cuando yo tenía 15 años la música de Rafael estaba asociada a mis padres que no se enteraban de la movida.

Yo lo que quería con 15 años era escuchar a los Pet Shop Boys que venían de Londres y llevaban unas gafas de rejilla super chulas.

“Terminamos diggeando en soul y en jazz americano, no es que ignorásemos lo de aquí, es que ni siquiera teníamos la noción que en este país se habían hecho cosas parecidas. Después te vas dando cuenta de los arreglistas, de quienes eran los que estaban detrás de ese artista, de los músicos… Tenemos a mano muchas frutas locales que no estamos usando por usar frutas estadounidenses”. Dano nos pone de ejemplo productores que no tuvieron remilgos en fijarse en lo nuestro, es más fue su fortaleza, como el malagueño Manu Beats y obviamente a Griffi, “el pionero” (justamente le hicimos una entrevista muy chula Uri y un servidor al cerebro Del Palo en el Curtis Audiophile, primo hermano del Salvadiscos).

Y una moraleja para los que se guardan lo que descubrieron en cubetas: “¿De qué sirve encontrarse una joya y no querer compartirla con nadie?”.

Probablemente te sientas más solo que antes de encontrarla.

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Una obsesión terrible

“No hay punto medio con estos «grandes» hombres, al menos según mi experiencia: o son mórbidamente lujuriosos, o están completamente desconectados de sus genitales, y mi esposo, que tenía que sobresalir en cualquier circunstancia, era el más asqueroso de todos en cuanto a sus relaciones con las mujeres”.

Otro vídeo que tenía pendiente compartir con vosotr@s.

Labatut sigue a lo suyo con los científicos obsesionados.

El novelista chileno criado en Países Bajos persigue con “MANIAC” la estela de aquel “Un verdor terrible” del que ya os hablamos hace unas semanas.

No sé si hay alguna manera de hacer ciencia sin obsesión. Pero está claro que a Labatut le interesa ahondar en la parte más humana y animal de las mentes más brillantes del siglo XX: “Trato de escribir sobre agujeros negros, sobre singularidades, y la decisión de un hombre de matar a su hijo y matarse a sí mismo, por mucho que queramos asignarle explicaciones, es incomprensible por lo menos desde afuera”.

Labatut te coge cuatro entradas de Wikipedia relacionadas con el Proyecto Manhattan, les hace un dobladillo, les da un cierto relieve y con los muñequitos te tiene hipnotizado durante 400 páginas. Es uno de esos novelistas siempre al borde del hype, con suerte en los coyuntural y viento a favor gracias al tormentón nuclear que supuso el año pasado lo de Oppenheimer.

Hay que reconocerle cierto arte en lo suyo al chileno, al que tenéis más arriba pelándose de frío en la terraza de La Central de aquí al lado de mi casa.

En la charla de presentación del libro de hace un par de meses reconoce que fue a rezarle a “La Moreneta” en una excursión a Montserrat aprovechando su paso promocional por Barcelona: “La duda hay que tenerla incrustada en el corazón siempre. No hace falta tener fe para rezarle a la virgen de Montserrat. Por cierto, después al salir del monasterio vi un macho cabrío. Así que una bendición compensa a la otra”.

“La matemática es diferente. Cegadora e irrecusable, siempre ha sido considerada como la luz de la razón, una antorcha que brilla en medio de la oscuridad que nos rodea. Pero eso empezó a cambiar a principios del siglo XX. Muchos matemáticos vieron que el trono de la reina tenía grietas (…) Una manera creciente de nuevos descubrimientos reveló que las matemáticas realmente no tenían una base con la que todos pudieran estar de acuerdo”.

Bajo las matemáticas también se debate un macho cabrío.

Pero está claro que elegir letras no fue la mejor decisión de mi vida.

Tened cuidado por ahí hasta el lunes que viene.

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